Fringe

El Mundo escribió:Los tiempos cambian que es una barbaridad. Para los nacidos en los años sesenta y setenta, el mundo futuro era o bien blanquito y limpísimo, como la consulta de un dentista o el comedor de un restaurante japonés caro, o sucio, militarizado y en forma de amorfa refinería minera. '2001' es el exponente claro de la primera opción y 'Alien', 'Blade Runner' y 'Atmósfera Cero', de la segunda. Hay otras variantes, claro, como 'La Guerra de las Galaxias', pero ahora las obviaremos porque su mundo tiene más que ver con las fantasías atemporales (o mejor, 'no temporales') de dragones y mazmorras que con elucubraciones sobre una Humanidad futura. Ahora, dos generaciones después (las de los ochenta y noventa), los parámetros de las fantasías de ciencia ficción son otros, las referencias son distintas y, aunque la fetidez de la saga 'Alien' siga presente, otros mundos, como los de 'Gattaca', 'Yo Robot' o 'Minority Report', ya han dejado profunda huella.


Esto se nota mucho en el primer episodio de 'Fringe', la nueva serie de J.J. Abrams, decidido a repetir el éxito de 'Lost'. Dicho episodio piloto aún no se ha emitido oficialmente, pero ya se ha filtrado a la red y está fácilmente disponible. 'Lost' debe su éxito en gran parte a su seguimiento a través de Internet, lo cual hace que no nos sorprenda que el siguiente gran proyecto de Abrams (hagamos como que 'Monstruoso' nunca existió, ¿vale?) vea la luz en las pantallas de los ordenadores antes que en las otras. Como decía, 'Fringe' es un claro ejemplo de que la ciencia ficción en su vertiente fantasía-tecnológica-supuestamente-viable bebe ahora de fuentes distintas. Es, por lo que hemos visto, una suerte de 'Expediente X' para la nueva generación, un elegante y carísimo catálogo de algunos de los hallazgos más brillantes del género durante los últimos años: la blancura siniestra de 'Yo, Robot', la nueva-nueva-carne de 'Resident Evil', la elegancia policial de 'Minority Report' y, muy posiblemente, el retorcimiento de 'Lost'. La máxima Abramsiana de "todo puede complicarse siempre más, todo puede hacerse cada vez más incomprensible" puede funcionar muy bien en 'Fringe'. Otra cosa es que termine por hartarnos, que nos haga sentirnos estafados, como les ocurre a muchos seguidores de 'Lost', aunque ello no los haga dejar de ver la serie. Ya lo he dicho más veces: si hay algo que admiro, es la capacidad hipnótico-adictiva de 'Lost', aunque la serie en sí misma no sea santo de mi devoción.

Pero no vendamos la piel del oso antes de haberlo cazado y atengámonos a los hechos. La muestra gratuita de 'Fringe' que tenemos ahora en nuestros discos duros contiene imágenes trabajadísimas, un argumento quizá demasiado sincrético pero mínimamente original y, a tenor de lo visto, un nivel de producción apabullante que, afortunadamente, no se traduce en un resultado final barroco y fallero, sino estilizado y pulcro. Pese a que sus personajes dan bastante juego, los actores que los dan vida son anodinos y poco carismáticos, lo cual a mi entender es más virtud que defecto: la estrella en 'Fringe' debería ser, como el 'Lost', la totalidad del producto. Si hay algo que juega en contra de 'Lost' es la hiperpopularidad de algunos sus actores protagonistas, convertidos en estrellas y parece que 'Fringe' se cubre las espaldas en ese aspecto.

¿Estamos ante el próximo bombazo o este avance no hará sino generar unas expectativas que terminarán matando a la criatura antes incluso de nacer? ¿Será realmente encarnizado el duelo entre 'Fringe' y la 'Dollhouse' de Josh Weddon, o se trata de un 'pack' que arrasará con todo?